sábado, 7 de abril de 2012

Vidas espectaculares, corredores sin censura

Cansado de tanto ajetreo y de tanto andar y andar recorriendo mi cabeza buscando la solución mas soluble de un sin fin de situaciones que día a día crecen con mas fuerza, y cansado de tanta opacidad ante las adversidades que se me venian mostrando, hoy, ahora, ya, me siento acá a escribir esta pequeña nota sobre mi:

A los 4 años, aprendí que mirando a otra persona te puedes enamorar de ésta, aunque sin emabargo ni la conozcas, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina.
A los 5, aprendí que, leer era sensacional en esta vida, pero aprendí también que las imágenes expresaban sentimientos.
A los 6, aprendí que, no debía descargar mis frustraciones en mis hermanos, porque mi padre tenía más frustraciones y la mano más pesada.
A los 7, aprendí que, mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta y aprendí que besar apasionadamente era no solo un juego de labios.
A los 8, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro personas al mismo tiempo.
A los 9, aprendí que, se sentía muy bien el primer beso con la persona que mas querías, y en esa misma edad me cansé de ello, que siempre era lo mismo con ésa misma persona.
A los 10, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa, y que según lo dijera e hiciera mas grandes los hacía en ambos lados.
A los 11, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo desesperadamente.
A los 12, aprendí que, no se cometen muchos errores con la boca cerrada, y que según con quien aduve, me dijeron quien era.
A los 13, aprendí que, los grandes problemas siempre empiezan pequeños, aprendí que debes ignorar las palabras de los que no valen la pena y aprendí que puedo moverme como se me dé la gana.
A los 14, aprendí que, se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera, ya que tenía en ese entonces una gran responsabilidad de la que ahora ni mas ni menos, si sumo ni resto,  aprendí que, de lejitos mas bonito todo, pero de lejitos me muero extrañando.
A los 15, aprendí que, es razonable disfrutar del  éxito, pero que no se debe confiar demasiado en el, aprendí que los errores son humanos.
A los 16, aprendí que, a veces hago cosas sin darme cuenta, aprendí que, odio muchas cosas, aprendí que se disfruta mas sin pensar en que dirán los demás.
A los 17, aprendí que, soy capaz de muchas cosas que antes creian imposible, aprendí que no me debo de escapar tan impactantemente porque todo trae consecuencias, aprendí el verdero sufrimiento por amor.
A los 18, aprendí que vida nueva, grandes cosas crecen, aprendí que por todo lo que había hecho tenía una infamia y una reputación inigualable, aprendí que me comí a las mejores personas en ese entonces, aprendí que soy muy malo.
A los 19, aprendí a amar de corazón por primera ves a alguien y aprendí que ese alguien no debió ser amado nunca.
A los 20, aprendí que la vida es un ciclo de situaciones, aprendí a volver amar, y también aprendí que todavía tengo mucho que aprender.

Siempre estamos aprendiendo algo nuevo, algo  lindo, algo digno, como por ejemplo que la paz no se logra si realmente no se está dispuesto a perdonar por ella, entender cuál es la verdadera importancia de la familia, de la gente simple, de la vida  misma. Que si bien todos tenemos distintas cualidades, capacidades y habilidades, sepamos valorar las que tenemos y podemos ofrecer a los demás y además enriquecernos, aceptar y disfrutar con las que otros no pueden brindar.   Saber aceptar nuestras limitaciones y no olvidarnos de nuestras metas, aunque muchas veces parezcan muy lejanas difíciles. Encaminarse hacia ellas es el primer paso hacia algo que ni siquiera podemos imaginar.
Realmente no tiene mucha importancia hasta qué edad vivimos, lo importante es sentir que no lo hemos hecho en vano.

Enrique Villegas, Abril 7

1 comentario:

  1. Aprender siempre va ser parte de nosotros. A veces tenemos que enfrentarnos a esos "golpes de la vida" para aprender de las cosas buenas, y así darnos cuenta nuestro error, para definirnos como buenas o malas personas. Como lo has dicho, la vida es un ciclo. Buen post.

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Hola, gracias por tu comentario.
Saludos, Kike